Páginas

domingo, 7 de octubre de 2012

¡Ya tenemos el teléfono!

Colorín nos tiene locos con la música, tanto que todos emocionados quieren ir a la Escuela de Música. ¿Cuándo?..les pregunté.
       "yaaaa seño"
        "ahora",
       "nos llevamos el desayuno seño"...
Yo les dije que estaba muy lejos pero emocionados encontraban solución a todo:
      "descansamos un ratito"...
Tras este diálogo les planteé dos problemas:
      1. La escuela de música posiblemente estuviese cerrada, por lo que no podíamos ir sin saber. La puerta iba a estar cerrada y no podríamos entrar.
       La solución de ellos fue inmediata:
       "llama por teléfono seño y pregúntaselo al señor".
Yo les dije que no sabía su número de teléfono y ellos me dijeron que mirase en los papeles. Al preguntarles qué papeles, respondieron de todo:
      "En las libretas"
      "En unos papeles con muchos números"
      "En tu móvil"....
      Entonces me dijeron que lo escribiese en un papel. Escribí delante de ellos el número que me dijeron y... ¡a llamar!
       Evidentemente nos equivocamos por dos veces y llegamos a la conclusión que no valía inventarse los números.
       "claro seño, mi mamá siempre es el 623"
Entonces quedamos en preguntar a los papás dónde se encontraba el número de teléfono de la Escuela de Música, en qué "papeles", en qué "libretas" y que lo trajeran a clase para solucionar nuestro problema pero...
      No conforme con eso, dijeron que se querían ir en autobús, entonces vino el segundo problema:

      2. "¿dónde está el autobús chicos?" y ellos me dijeron que en la puerta.
 Salimos todos muy contentos, cada vez más emocionados. Algunos querían llevarse incluso las chaquetas y desayunos. Cuando llegamos a la puerta, el autobús, evidentemente no estaba, pero no les decepcionó. En su mayoría me dijeron:
      "¡le esperamos seño!
Y...¡se sentaron a esperar! Todos con gran entusiasmo creían y sentían ya la excursión.Estaban convencidos que llegaría el autobús. Entonces les pregunté:
      "Chicos, ¿alguien ha llamado al señor del autobús para que venga a por nosotros?"
Entonces sus caras cambiaron llenas de duda y silencio:
      "pues no seño, yo no he hablado con él"
      "Entonces, ¿ cómo va a saber el señor que le estamos esperando y que queremos ir?".
Pero hubo un niño que no quería que aquello se acabara y dijo emocionado:
      "Yo sí seño, yo sí he hablado con él"
      "Y ..¿qué te ha dicho? le pregunté.
      "Que venía seño, que venía prontísimo"
Pero un niño no puede mentir durante mucho tiempo y entonces con su cara inocente y de pillín volví a mirarlo a los ojos y volví a preguntar "¿seguro?" y entonces me respondió:
      "nooo seño, era una broma."
Pasamos para dentro a buscar una solución y volvieron a encontrar la misma: "llámalo seño y dile que venga a por nosotros" pero... "¿cuál es su teléfono chicos?"
Vuelta al mismo problema resumimos lo que necesitábamos para viajar a la Escuela de música y lo dejamos registrado por escrito en el papel continuo de la pizarra  para completarlo al día siguiente.

  • TELÉFONO DE LA ESCUELA DE MÚSICA.
  • TELÉFONO DE LOS AUTOBUSES

El problema fue rápidamente resuelto al día siguiente y en su mayoría volvieron al cole con cara de éxito: ¡LO HEMOS ENCONTRADO!
      "¿Dónde?"
      "Pues en las páginas amarillas seño"
      "y ¿qué es? ¿Cómo son?...
Entre ellos buscaban más cosas, se las enseñaban. Era como un tesoro, un libro especial. Era la "llave" para alcanzar nuestro objetivo, irnos de excursión. Unos han buscado el teléfono de la tienda de su papá, otros observan las letras, otros encuentran mapas: "¡mira seño mapas¡"

Alberto, Mara  y David ojean, miran y observan las "nuevas" páginas amarillas.
      A continuación, entre todos, una vez que nos cuentan lo que en casa han visto con los papás, observamos la portada, el título, dónde pondrá Toledo, para qué sirve la guía, qué tiene dentro, cuándo la utilizamos.. ¿por qué se llamarán amarillas?...

      Y una vez que tenemos la información, el siguiente paso es llamar y así lo hacemos. Con el teléfono en altavoz llamamos a los autobuses.  En esta ocasión con un poquillo de trampa pues se llama al profe de Educación física que está informado de lo que queremos, al no habernos dado tiempo a llamar con anterioridad al auténtico señor del autobús para explicarle lo que queremos.
       Cuando escuchan al "señor de los autobuses" todos quedan en silencio, incluida la niña que se encargará de hablar. Al final consigue hablar y pedir la información deseada, entre otras cosas cuánto vale. Al colgar, todos de forma repentina votan de alegría, rompiendo ese gran silencio y yo quedo sorprendida de tal ilusión. Estaban siendo realmente grandes y solucionando sus propios problemas.

Conclusión

      A nuestros niños les encanta la música. La usan, la cantan, la bailan, la oyen. Se permiten  ocupar, invadir y disfrutar con ella. Tanto es así que todo lo que esté relacionado con la música  y sus instrumentos les apasiona. Están encantados de poder ir a una escuela donde se baila, se canta, se tocan instrumentos.
Tanto es así que al día siguiente de esta actividad Mara me dijo "seño hoy no pasamos lista, porque tenemos que solucionar nuestro problema". Este problema es llamar a la Escuela de Música para que nos abra por la mañana pues está cerrado en este horario.
       Los niños han descubierto en esta actividad lo que es una guía de teléfonos, cual es la de su provincia, para que la utilizan los adultos, por qué se llama así, han caído en el error de inventar teléfonos y se han dado cuenta que eso no vale, que los adultos apuntan los teléfonos y cada persona tiene  el suyo, han visto un título, han escrito, han pensado, se han equivocado, se han decepcionado al ver que no llegaba el autobús, pero también se han dado cuenta que las cosas no llegan por que sí, sino que hay una organización y unos movimientos que ellos no ven hasta que no son "mayores". A esto le llamamos ser competentes, y desde pequeños intentaremos que nuestros niños lo sean. ¿cómo? "haciendo como si fueran mayores".
      Pero además, han saltado, se han emocionado, han hablado, dialogado, compartido y abrazado de emoción.
      Tanto es así que en la siguiente asamblea me pidieron las telas de Colorín para arroparse "juntitos". Y  así lo hicieron...



















No hay comentarios: