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miércoles, 5 de diciembre de 2012

"MAMÁ TENGO MIEDO"

      Estas palabras son muy comunes en nuestros pequeños. Más que comunes diríamos que normales en ellos a esta edad. Somos muchos los padres que nos preocupamos por sus miedos, bien  a los monstruos, a la oscuridad, a los animales, a quedarse solo... Son miedos que avanzan y deben ir superándose, pero ¿cómo? es mi pregunta y la de muchos padres... Después de leer varios textos y revisar algún que otro libro, he encontrado un trabajo, muy bueno, dirigido por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, lo cual me da bastante credibilidad: Los miedos infantiles en la literatura infantil.
     Nuestros pequeños, y no tan pequeños se separan progresivamente de su madre y esta separación les produce temor, miedo, inseguridad.. pero es normal pasar por estos temores, son evolutivos. De hecho deben pasar por ellos para separarse y formarse ellos como personitas independientes y autónomas.

      ¿Qué debemos de hacer?....Lo mejor es ayudárles a separarse y con ello les estaremos ayudando a vencer esos miedos que nos preocupan. Pero ¿cómo? ¿dejándoles llorar,diciéndoles que tienen que ser valientes y enfrentarse sin más?...de lo que he leído y de lo que he vivido me atrevo a decir que no, pero es mi simple opinión, aunque son muchos los que apoyan esta visión, por suerte somos muchos los que ya hemos dejado de creer en que al niño hay que dejarle llorar para crecer.
       El problema no es la oscuridad, sino la separación de su madre, por eso aparecen tantos miedos en esta etapa 2-10 años, incluso 12, a veces se mantienen más tiempo aunque habría que pensar el por qué.

      Conclusión, hay que acompañárles pero sin excesos, que no nos vean preocupados ante sus miedos, sino tranquilos y seguros, no darles más besos y abrazos de los que les damos normalmente pues no hay ningún peligro para protegerles y así debemos transmitírselo con nuestra compañía pero a la vez con tranquilidad, sin juzgarles.
      Acompañárles en la oscuridad en algunos momentos será bueno y no dar la luz, si la damos que sea para ver que no hay nada y que en la oscuridad sigue habiendo lo que había antes con luz.
      Sobre los monstruos es normal que les asusten,  pues aún no diferencia bien su mundo real del imaginado, por lo tanto cuando vea un payaso pensará que es real y se asustará así como un monstruo disfrazado, también cree que cuando te disfrazas ya no eres el mismo... La imaginación le ayuda a crear e inventar pero también amplia su miedo.
      Evitar el exceso de televisión, muchas series y dibujos van cargados de escenas violentas, además de evitar que vea series y programas de mayores. Nosotros estamos acostumbrados a ver "matanza", "pobreza", "muerte"... pero no se nos olvide que ellos son pequeños y su sensibilidad no es la nuestra, aunque no digan nada, retienen todo y queda en su parte inconsciente, de manera que cuando están en el momento de temor y de miedo, todas esas imágenes les vienen a su mente y el temor es mayor.
      Otro punto importante es darles su espacio durante el día, separarnos como madres y padres de ellos de forma que se sientan grandes,  independientes, autónomos y se acostumbren a ese nuevo papel tan necesario que le ayudará también por la noche en sus miedos y en su seguridad.
      Todo esto que escribo es un resumen de lo que vengo leyendo estos días pero es simplemente mi opinión, construida con las lecturas que más me han convencido. Por ello os dejo con un documento bastante más oficial que mis ideas:  Miedos infantiles en la literatura infantil.


"A través de los cuentos, el niño se identifi ca con el protagonista,
y siente, al empatizar con él, una tensión y ansiedad
crecientes que ceden en el desenlace, aunque éste no sea
tan bonito o triunfal como hubiera deseado. Luego, una vez
conocido el cuento, gusta de repetirlo una y otra vez, y la
emoción siempre crece y se resuelve, aunque puede que con
matices distintos. Así va trabajando e interiorizando sucesos
planteados y resueltos por otros; conoce situaciones imaginarias
y cómo “otro” las ha afrontado, poniendo en juego
una serie de recursos personales que, en la mayoría de los
casos, desconocía por no haber necesitado utilizarlos hasta
ese momento…"

      Ante los miedos debemos evitar la sobreprotección así como hacerle sentir cobarde con actitudes negativas que como bien dice este texto, puede enquistar el problema.

"No es más valiente el que no tiene miedo, sino el que teniéndolo sigue adelante"

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